Todos tenemos a "esa" persona especial, esa clase de persona con la que estás destinado a que sea tu otra mitad, tu "otro yo", la clase de persona con la que te perderías en una isla desierta sin pensártelo dos veces o con quien te imaginas despertando todas las mañanas durante el resto de tus días. Pero que, inexplicablemente, parece que todas las fuerzas del destino hayan puesto todo su empeño en que esto no suceda, en que ninguno de los dos traspase la fina linea entre la amistad y el amor. Para Alicia esa persona era Lucas, un chico que había conocido durante su primer año en el instituto y que poco a poco, acabó convirtiéndose en algo más que un simple compañero de clases.