Todo el mundo te conocía como el perfecto Nicolás, una mirada cautivadora y un cuerpazo digno de ser admirado. Eras el deseo de toda mujer y la envidia de todo hombre, sin embargo yo te conocí como un egocéntrico y borde, frío e intimidante, arrogante y bipolar.... Pena que me di cuenta demasiado tarde de que seguías siendo perfecto para mi.