Era solo una niña,disfrutando de un dia ,en un lugar llamado:
Freddy Feabers Pizza
Un lugar,donde tuve que desaparecer,gracias a ese tipo,que era un guardia,disfrazado de un asesino sin piedad.
Recuerdo,ese momento en él que,me atrapo sin que mi mamá se diera cuenta,recuerdo como me torturaba con ese cuchillo,desgarrándome cada parte de mi cuerpo,como sufrí aquel dia.
Abrí mis ojos,un poco a doloridos,no pude moverme,sentía que algo apretaba mi cuerpo,después de un tiempo,descubrí que estaba dentro de un traje de metal con cables,salí un poco tímido de aquella caja,ya que,oía un montón de risas de niños.Cuando asome mi cabeza vi que había un cuarto,en una pared decía"Cuarto de premios",empezece a mover la cabeza,hasta que vi a un niño de metal repartiendo muchos globos a muchos niños,él tenia una sonrisa sin fin.Cuando termino de repartir globos miro hacia la caja donde yo estaba,me escondí rápidamente con un temor execivo.Yo solo oí unos golpes en mi caja,y una voz diciendo"Puppet,puedes salir,no hay que tener miedo,es mas,¿Quieres ser mi amiga?.
Eso me sorprendió mucho,por que nunca nadie me había pedido ser su amiga,era una chica solitaria antes,a si que,solo moví mi cabeza asintiendo.Él grito "UNA NUEVA AMIGA,QUE EMOCION",luego me pregunto que para que eran todas esas cajas y juguetes,yo ni tenia idea para que eran,así que no le respondí,él me dijo que hay que regalarselas a todos los niños y niñas,a mi me pareció buena idea así que acepte.
Pasamos horas y horas repartiendo regalos,las horas se convirtieron minutos,y los minutos segundos,él día se fue volando.
Después de un divertido día ,la pizzería cerro,ya no habían risas,ni niños,solo me quedo por hacer,meterme en la caja.
Estaba perdida en mis pensamientos,hasta que derrepente, se oían unos pasos que producían eco,me preguntaba quien estaba en la solitaria pizzería de noche,me asome,y me sorprendí,era ese tipo,que me había torturado hace dias
Jae-ji siempre había tenido el control. Era la mejor en todo y nadie se atrevía a desafiarla... hasta que llegó Seulgi.
Lo que comenzó como un intento de dominarla se convirtió en su mayor derrota: en privado, era Seulgi quien tenía el control, y Jae-ji no solo lo aceptaba... lo adoraba. Entre celos, provocaciones y un juego de poder inesperado, Jae-ji descubrirá que ceder nunca estuvo en sus planes, pero con Seulgi, tal vez siempre estuvo destinado a suceder.