"No estoy ciego y desde el primer día cuando mis ojos dieron con ella en ese salón lleno de gente noté que ella era especial. No lo digo por el puro significado platónico, algo en esa chica es verdaderamente especial. Prometí que me mantendría alejado de ella. Tan alejado como fuera posible. Mi papá siempre me dijo, y aun lo hace cuando hablamos por teléfono unas cuantas noches a la semana, que tengo debilidad por las causas perdidas. No quiero decir que Adria sea una; es solo que algo en ella me llama a repararla. Algo en ella me llama a protegerla. ¿Pero es por las razones correctas? No estoy seguro. Ahora todo parece borroso". Elliot Montreal. Todos los derechos reservados© Paula Hernández