Todos los diarios que escribimos desde que somos niñas no llegamos a comprenderlos hasta que llegamos a la edad adulta. Aún no llego a esta edad, pero, puedo comprender algunas cosas. Siempre me he sentido infalible. A menos, que quiera describirme con otras palabras de mis rasgos más ocultos, no muchos pueden reconocerlos. "Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melancólico, con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad (¡oh, cómo tiene uno que rebajarse y esconderse!), para reconocer de inmediato -el diseño ligeramente felino de un pómulo, la delicadeza de un miembro aterciopelado y otros indicios que la desesperación, la vergüenza y las lágrimas de ternura me prohíben enumerar-, al pequeño demonio mortífero entre el común de las niñas; y allí está, no reconocida e ignorante de su fantástico poder." y, si ahora lo comprendo mejor, soy una nínfula. y tú, un artista.