Tal como está el tiempo, está su ánimo. A veces cree que esto sucede porque tiene poderes mágicos, pero la respuesta es simplemente que ella es una oveja negra. Y la oveja negra se pasea por la ciudad con sus pies helados, su mirada perdida, y su cabeza a mil por hora. Tiene más asuntos que la preocupan, que aquellos que la hacen feliz. Hace tiempo dejó de buscar el amor. Quizás porque el amor la encontró a ella, o quizás porque se dió cuenta que todo fue en vano. ¿Por qué qué es el amor al fin y al cabo? La oveja negra sigue transitando las húmedas calles de la ciudad, buscándole definiciones y explicaciones a todo, y preguntándose cuál es su mera finalidad en la vida. Todo eso, mientras entrega sus escasas sonrisas a un desconocido cuyo ser es por el cual la oveja negra aún mantiene los pies en la Tierra.