"Quiero ser grande" como si fuera el único deseo que los infantes pudiéramos pedir, como si fuera algo que nunca se fuese a cumplir. Expectativas ilusas, dignas de cualquier niño inocente y desesperado que busca una identidad y que solo puede creer que siendo grande las cosas serían menos malas & por ello el continúo deseo de "Quiero ser Grande" . A medida del tiempo esto se ha vuelto una epidemia, un síndrome, cada vez más niños cambiando el dolor de un raspón por el de un corazón roto y muchas cosas más.