A mis 22 años ya había conocido las sensaciones de amor y desamor, entendía el significado del placer, el romance y amor, sentía que el amor no era para mí. En aquel tiempo estaba envuelta en una relación, siendo la amante de un hombre casado 16 años mayor que yo por quien simplemente sentía deseo, pero a pesar de eso quería tener a alguien más que pudiera dedicarme más tiempo sin necesidad de excluirlo de mi vida. Con esa idea accedí a una página en internet para conocer personas. Así un día coincidí en el chat con un hombre con quien empecé a tener largas conversaciones. Aunque veía sus fotos no me resultaba atractivo, pero era realmente agradable. Él tenía 10 años más que yo, vivía en el país vecino teníamos aproximadamente 45 km de distancia. Un día me decidí a conocerlo y se lo propuse porque de su parte parecía no haber intención de proponérmelo. Entonces fui hasta su ciudad para almorzar juntos. Era la primera vez que lo veía, pero sen
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