Las palabras son un puente hacia los sentimientos. Y hay oportunidades en donde aquel puente desemboca en una brumosa neblina de dudoso significado. Porque las palabras no significan lo que significan, en muchas ocasiones se traba la lengua, se atoran las frases en la garganta y se niegan a salir. Así como un niño al no poder subir la cima del tobogán grita "¡Drayos y centenas!" por su problema con las "erres" y una confusión momentánea. Y los sentimientos ocultos se guarden bajo metáforas fugaces. Historias cortas, narradas en relatos y algunos poemas.