Estas poesías de este joven autor, amante de la historia, sobre héroes (en lo que a historia militar refiere), narrando en breves resúmenes en verso sus historias. No son más que meras improvisaciones que quería dar a conocer, y aunque quizás no sean grandes éxitos, siento que es una forma de honrar la valentía que han tenido para lograr cuanto han.
Siempre cabrá aclarar, pues muchos no comparten mi perspectiva, y no los juzgo por ello, que no me parecen figuras despreciables llanamente por el hecho de ser militares por una razón: su cultura y creencias eran muy distintas a las nuestras. Sería injusto culpar a un romano de asesino por matar en la guerra cuando en su época se le enseñaba a ser devoto al dios de la guerra, Marte; si, en cambio, se lo podría juzgar por llegar a puntos innecesarios de crueldad. Un ejemplo es Alejandro, que como se puede saber de los griegos, son un pueblo que acepta la venganza (al que no me crea, Sócrates hace mención a la misma en el Critón, si bien mostrándose en desacuerdo, pero eso es punto y aparte), y por venganza por las antiguas guerras médicas, invadió persia
Si alguna vez sentiste que no podías más, si te rompieron el corazón, si confiaste a ciegas y te apuñalaron por la espalda, si creíste que después del dolor no había nada más, este libro es para ti.
En Valentía II encontramos el reflejo de alguien que supo abrazar el dolor y convertirlo en vuelo, como un colibrí renaciendo después de una noche fría de invierno. Kelbin, una vez más, abre las puertas de su alma para mostrarnos que cada caída no es más que un impulso para ser valientes y continuar.