Una tarde de invierno estaba sentada sola en mi habitación mientras mi mirada divagaba por las sombras que formaba la luz de la luna cuando un fuerte deseo recorre mi cuerpo ansiedad, emoción, lujuria decido salir y despejar mi mente no espere más y me apresure en 5 minutos ya estaba lista para salir estaba oscuro no había electricidad solo alcanzaba a ver sombras de faroles y arboles estaba en el parque a pocos metros de casa, mi adrenalina estaba a tope ¿debía ir a un lugar? mi corazón me lo advertía pero no sabía dónde ir solo me deje vagar por la acera con las manos en mis bolsillos y mi chaqueta para el frio como alma en pena cuidadosa de no tropezar en cuanto me percato de la calle que a nadie le ha gustado transitar según mis abuelos y la gente del pueblo se creía que allí viven los descendientes de los Gacob mi curiosidad era tal que me excitaba a entrar, con solo posarme en el comienzo de la carretera la neblina ya cubría mis pies, el sudor mi cuerpo, la emoción mi corazón a cada paso que daba más me adentraba en la oscuridad mi alma se sentía libre me quite la capucha y deslucí una sombra a lo lejos se acercaba hacia mi cada vez más hasta que se quedo parado con la cabeza viendo el cielo, sobre de si se observaba la cumbre de aquella casa misteriosa y temida en la cúspide se encontraba una sombra con túnica y capucha en la parte del centro se encontraba grabado un ángel dorado mis ojos no paraban de observar estos dos sujetos que se limitaban a hacer lo mismo que yo llena de escepticismo no recibí respuesta a sus miradas, en mi mente me debatía el porqué estaba paralizada de miedo, porque mi cuerpo abandono mi mente dos voces claramente masculinas hablaban dentro de mi replicando " los muertos te hablan, la marca esta e ti", en ese momento perdí mi conciencia todo se volvió oscuro sabia que algo grande venia algo oscuro, algo esta cerca algo oscuro una guerra fatal.