Había varias historias que giraban alrededor de ella, algunas positivas, como el hecho de que había ayudado a los griegos durante la Guerra de Troya, pero la mayoría eran, desgraciadamente, negativas, aunque no por ello menos ciertas, como el incidente ―los varios incidentes― con Hércules o cómo había lanzado a su hijo recién nacido desde el Olimpo. Y se arrepentía, de verdad.