Alquimia y erotismo (Poema corto)

Un fuego inasible, no se puede fingir. Debe ser auténtico, y más que eso , debe ser fiel a sí mismo, una sangre de la luz en el corazón del significado, es la más elevada y rarificada de las obras humana, y más ardua.
La belleza es más fácil de imaginar, pero su realización requiere un esfuerzo superior, requiere largos metros de esfuerzo dorado.
Este camino es empinado, mano sobre mano. Mano sobre mano nos arrastramos en la subida sobre la cadena bruñida de las ideas difíciles en que se ha convertido nuestra temblorosa escala, hacia una estratosfera reluciente.
El sueño y la determinación deben casarse, si se quiere llegar a la cumbre. Los metales diferentes del sol y la luna deben entrelazarse juntos en una trenza implacable. Nuestra plata y nuestro oro, el uno con el otro deben templarse, deben convertirse el uno en el otro.
Sangre y esperma se intercambian cuando el águila blanca trueca su tono con el león rojo.
Esto es sexo y transformación. Esto es alquimia, este ascenso colina arriba para salir de la borrasca de la personalidad de lo que creemos ser para entrar a la esencia de lo que sabemos que somos.
A medida que ascendemos, nuestras atmósferas personales empiezan a clasificarse, las brumas quemadas por el sol. Las cosas que creemos que somos se disuelven. Nuestros bordes se derriten en el resplandor creciente.
Nuestros nombres se desprenden de nosotros como abrigos abandonados, junto con todas las costumbres, culpas y disputas que nos hemos cocido como ladrillos en el dobladillo, demasiado cálido y pesado para estas altitudes.