En castigo por la rebelión, cada distrito ofrecerá una mujer y un hombre que se encuentren entre los 12 y 18 años de edad para una cosecha pública. Dichos tributos serán entregados a la custodia de el capitolio y transferidos a una arena pública donde pelearán a muerte, hasta que uno sólo prevalezca ganador. Desde ese momento y para siempre, esta festividad será conocida como Los Juegos del Hambre.