-Sus ojos eran la perfecta cafeína para mis noches de insomnio, esta chica me llevaba lento y estaba logrando poner mi vida aún más de cabeza o quizá hacía cosas diferentes, quería verme bien. Ella quería salvarme, Eisha era fuerte, mucho más fuerte que yo. Detrás de ese cuerpo tan esbelto y débil había una mujer que tenía una batalla consigo misma y que a pesar de todo buscaba arreglar la vida de un chico que estaba aún más perdido que ella.