Eras un soñador, un niño atrapado en el cuerpo de un adolescente. Tuviste que crecer muy rápido, las circuntstancias te habían obligado. Pero en el fondo todos sabíamos que en realidad seguías siendo el mismo niño que no tuvo la oportunidad de disfrutar su infancia al máximo. Todos pensaban que nada te molestaba, que nada te hacía daño hasta que un día, sin previo aviso, explotaste. Tus "amigos" te abandonaron, solo ella y yo quedamos contigo. Tus ojos eran solo para ella, le tenía un poco de envidia. Lamentablemente, ella no tenía ojos para ti. Cáncer, tu loca me habías vuelto. ------------------------------------------------ Cuarto libro de las vidas de los signos