El problema del Kanima ya ha sido solucionado. Parece que se avecinan tiempos más relajados para Derek Hale y su recién formada manada, y por un instante decide dejar que su parte humana lleve las riendas tras años de no sentir nada más que rabia y venganza. Gracias sobre todo a la presencia de cierto humano hiperactivo que no puede dejar de hablar. Pero, como siempre, la llegada de un nuevo problema le impedirá olvidar sus responsabilidades como Alfa, consiguiendo de paso hacer daño y alejar de él a la única persona que le había tratado como nadie más había hecho en su vida.