WHITE DREAM

"WHITE DREAM"... ¿Sueño blanco? Eso es lo que pensé al ver esa botellita de perfume barato que me regalaba mi madre en Navidad. Pasadas las fiestas, dejé ese perfume olvidado en algún rincón de mi caótica habitación, para encontrarlo meses después y empezar a ponerme un poquito cada día, haciendo que se convirtiera en algo habitual, en algo que me acabó caracterizando, algo que acabó formando parte de mí. Les prestamos tan poca atención a las pequeñas cosas que tiene la gente, sus secretos, sus historias... Y quién iba a decir que la chica rara de la clase, esa que lleva brackets y se pasa la vida entre libros, conoce a todos y cada uno de sus compañeros, aunque ellos no le cuenten nunca nada, aunque ni hablen con ella... Los conoce. Sabe que al chico que se mete con ella le pegan en su casa. Lo sabe por la forma en que se le quiebra la voz cuando habla de sus padres, lo sabe por la forma en que desea hacer daño a los demás, intentando así compensar esa falta de seguridad que esconde tras la máscara de chico duro. Pero también lo sabe por su perfume, un perfume denso y cargado, incuso excesivo, que el chico usa para que sus amigos no se den cuenta de que por las noches llora, y de que no le gusta eso de follarse a la primera chica fácil que se encuentra y dejarla al día siguiente. La chica rara, lo sabe. Y es que sus amigos los libros le han enseñado a ser paciente, a observar los pequeños detalles y a desenmascarar a los que sufren para que no tengan que cargar con ese dolor solos. Y yo sé todo esto de la chica rara de la clase, porque esa chica soy yo.