Yuu siempre ha tenido la misma pesadilla: su mejor amigo fallece frente a él sin que pueda ayudarle. Aquel día, cuando despierta sobre la espalda de un agotado Mika, se da cuenta de que la felicidad aún puede regresar a ellos, que tienen la posibilidad de empezar de cero pero... Mika ya está demasiado cansado para continuar con su lucha. Tan sólo ver que Yuu está a salvo, es suficiente para él. Pese a que Yuu trate de explicarle que pueden sobrevivir, Mika sólo ve cadenas a ese gran amor y es que... un repugnante vampiro como él jamás será digno de un simple y mortal humano.