Se dice que cuando alguien muere y su alma se queda atrapada en este mundo es porque esa persona tiene algo pendiente por hacer. ¿El problema? Un pendiente casi imposible de cumplir. Cuando Jane Lambert se convierte en la primera persona en entrar a la casa después de cuarenta años, Elliot no puede evitar sentir curiosidad por ella, consciente de que tal vez ella sea su última oportunidad para conseguir lo que desea desde hace tanto tiempo. Su personalidad la hace la persona indicada para hacerlo. Pero cuando el hermano de Jane se presenta a la casa acompañado de su novia, las cosas dan un giro de 180 grados, empezando con el inquietante parecido de ésta con alguien de su pasado y la principal razón de que él esté metido en ese problema.