Joe Carter es un detective privado de escasa paciencia y métodos poco convencionales, un buen amigo de sus amigos de la CIA, del FBI y hasta del Pentágono. Es -en no menor medida y tal vez con mayor impiedad- un auténtico killer, contratado con frecuencia para asesinar gente de todo tipo. Pero Carter siempre se supera así mismo y muchas veces asesina gente por propia voluntad, por sus ideas y sus valores, que son los de América. Carter es un gran americano, probablemente un fanático, capaz de cualquier cosa. En Carter en Vietnam encontramos a nuestro singular personaje en Saigón, abominando de los escurridizos amarillos mientras despliega una admirable reflexión sobre la guerra, lo que el sabio teniente Austin Sanders llamaba "el ejercicio incansable de la auténtica humanidad del hombre", la guerra como producto de la razón en todo su esplendor. Si no matas inocentes, no te temerán de verdad, decía Sanders.