Definitivamente ese tío me tenía manía. Dos días antes de la graduación me citó para hacer el examen de recuperación, sólo a mi, porque sólo yo había suspendido, por su culpa, claro. Y entonces entró en la clase él. El chico alto con los ojos más verdes que había visto nunca. Me quedé embobado mirándole sin saber aún lo que iba a pasar después del examen...