Ella soñaba con irse. Con decirle a la sociedad que se podía ir a la mierda, que ella se piraba. Ella soñaba con amar a quien quisiera. Con ser libre y vivir de otra forma.
No quería tener esa vida monótona que sus compañeros ya estaban planificando con emoción. Su día a día tan solo se resumía en la noche. Literalmente, cuando la oscuridad iluminaba el cielo era cuando su interior tenía más luz.
Ella no tenía nada claro, solo sabía que quería marcharse.
¿Quieres leer su historia? Adéntrate en las carreteras con ella... o quizá también con alguien más.