No sabia si acabaría con todo, yo estaba como siempre tan fría y cereza, y ella cálida y tranquila. Eramos como mundos opuestos, arriesgando todo a ganar; a perder no, porque ya no teníamos más nada que perder o eso creía. Porque ella era lo único importante en mi vida.
Era tan triste mirar sus ojos tan hermosos color miel verdoso, brillantes y ya no me vea con el brillo el cual solía mirarme.
¿Que es pedir un tiempo, un puto tiempo que no sirve para coña?, siempre he creído que el tiempo lo solemos pedir cuando estamos exhaustos de algo, o mejor dicho de alguien. Yo sentía que la estaba perdiendo y era así; solo que con sus cambios de humor tan frecuentes nunca note la diferencia. Que estúpida fui al creer que esto sería diferente. Me dijo lo mismo que todos los que me hicieron daño. Pero ella no es igual, ella es diferente a esas personas esto es diferente, yo la amo y mi corazón le pertenece, mi vida le pertenece.
Es más que mi vida, es mi de ser, pero eso ella ya lo sabe.