Cuando el cielo se tornó rojo, el reino de los hombres vio su fin aproximarse. Las tierras se volvieron infértiles, los animales mutaron en criaturas abominables y violentas, el aire se llenó de ceniza, los ríos y lagos se convirtieron en ácido, los desastres naturales derribaron las grandes ciudades. Los pocos sobrevivientes se encontraron a si mismos sumergidos en una pesadilla interminable, pues no hubo iglesia, oración o imagen santa que detuviera el ataque de los obscuros. Historia en colaboración con @ErickGAlmanza Todos los derechos reservados.
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