Bueno, ya estoy aquí otra vez. Otra vez sujeto a las órdenes de un patético humano que quiere mi ayuda. Pero al menos esta vez puede que me lo pase bien... ¡Mi invocador es nada mas y nada menos que una chica de quince años, y he aparecido en su habitación! ¿Para qué querrá mi ayuda? Qué mas da, cumpliré el contrato y me la llevaré al submundo... No tengo demasiadas chicas allí abajo, y menos tan guapas! La eternidad divirtiéndome con ella se me hará un poco mas corta...