Lo primero que sentí fue... nada. No había nada, parecía estar suspendida en el aire, no podía abrir los ojos pero no me molestaba porque todo estaba tan calmado. La paz pareció durar por siempre, no sabía cuánto llevaba en ese estado, y de un momento a otro un shock. Mis ojos se abrieron, tome bocanadas de aire como si hubiera estado bajo el agua demasiado tiempo y dolor, tanto que grite. Una voz atravesó el dolor. -esta despierta -la voz sonaba cerca y a la vez lejos -aquí, ¿me oyes? Gemí. -¿Qué le pasa? -esa era otra voz -¿Por qué se comporta así? -es normal, se le pasara en un momento. ¿Normal? Como podía ser normal este dolor, era como si me quemaran desde dentro. Gimo y me retuerzo en agonía, siento que muero. Y así es, lentamente caigo en un pozo de oscuridad y silencio. Y nuevamente nada.