Es increíble lo rápido que ha pasado el tiempo. Este año, después de las vacaciones de verano, esas merecidas vacaciones, empezaré una nueva etapa. Mi primer año de universidad. El año que viene cada uno irá una facultad distinta, probablemente no los vuelva a ver, esos amigos, aunque pocos, que me acompañaron a lo largo de esos incontables años.
Y ¿porque os cuento esto? Bien... he estado todo este tiempo, hasta día de hoy, esperando a que apareciera mi príncipe azul. He de reconocer que soy un poco, bueno... muy, bueno... bastante platónica, me suelo quedar colgada por el primer macho con pecho peludo, vamos el primer varón, que pasa en frente mío, o que sienta un par de sitios detrás en clase, pero ese estado no pasaba de dos meses.
Sin embargo... sí que había alguien diferente, pero la cosa no iba más allá de la convivencia diaria en el instituto. Era extraño el sentimiento que me invadía cada vez que teníamos una conversación, por mínima que fuera, o por el simple hecho de saber que estaba ahí, cerca de mi. No le daba mucha importancia... cuan equivocada estaba...
¿Porque justo ahora, en el último año, no consigo superar ese sentimiento de querer conocerlo, compartir y vivir experiencias con él; de no poder graduarme sin dejar "esto" sin atar? De que "esto" no puede acabar así... como si no hubiese pasado nada. Habrá que dar el primer paso, ¿no?
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.