12 أجزاء مستمرّة En lo más profundo de la Sierra Madre Occidental, entre cañadas brumosas y montañas que duermen como gigantes petrificados, existe un pueblo llamado Pinos Altos. Su nombre no necesita explicación. Los árboles se alzan como columnas ancestrales, los bosques se extienden con una densidad que devora la luz, y el viento -siempre presente- parece susurrar secretos antiguos entre las hojas.
Es un lugar que parece detenido en el tiempo, un rincón olvidado por el mundo moderno. Pero incluso en el olvido, hay cosas que no deben despertarse.
Algo se ha alzado. No con estruendos ni luces, sino en silencio. En el crujir de las ramas, en la forma en que los animales guardan silencio repentino, en el estremecimiento de los más viejos del pueblo cuando cae la noche. Algo que aguardó por siglos su momento... y ahora está libre.
Y, si te lo preguntas... sí, fui yo quien lo liberó.
¿Quién soy? Excelente pregunta. Durante mucho tiempo, ni siquiera yo tenía la respuesta.
En un mundo que se empeña en fingir cordura, a veces los verdaderamente locos son quienes ven las cosas con claridad.
Bienvenidos a Pinos Altos. Un pueblo donde la armonía se sostiene sobre una red de mentiras, donde la muerte acecha disfrazada de costumbre, y donde lo imposible ha comenzado a despertar. La locura, el miedo, la amistad, el amor y la duda se entrelazan como raíces bajo tierra, dispuestas a estallar en cualquier momento.
¿Habrá redención? ¿Habrá amor entre las sombras? Tal vez. Pero te advierto: este bosque no perdona, y esta historia no es como las demás.
Prepárate. Porque la lucha apenas comienza.
