Ferdinando a pesar de su edad, nunca tuvo suerte en el amor. A los sesenta y tantos años, decidió tomar coraje y saltar de la máquina de escribir a la laptop. Necesitaba aprender a digitar en un teclado físico porque quería escribir una novela en formato digital. Con su computadora nueva, pasó las horas de ocio navegando por la web, hasta que se encontró con una aplicación que él no sabía que existía: Una app de citas on line. Por azar o por cosa del destino o por no saber utilizar la computadora, colocó por error una foto en su perfil que no le pertenecía. ¿Quieres conocer la historia de Ferdinando?
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