Tal vez mudarme a Arizona había sido un cambio necesario. Entrar en un colegio nuevo era obligatorio. Enamorarme del chico al que apodaban Hell mi verdadero infierno. Por que ser la chica nueva tiene sus complicaciones y eso lo había descubierto en el mismo instante que mis ojos recorrieron el pasillo de la casa de mi padre y encontré a un chico sin camisa. ¿ Problemas ? Eso era exactamente Hell ... Un chico malo que sonríe como todo un Ángel, Suéter de cuero un cigarrillo en los labios y una reluciente pistola de plata. Egocéntrico. Malcriado. Problemático. Posesivo. Malditamente sexy. Esas palabras lo describían muy bien. Yo, yo fui la tonta que me enamoré de él.