Es curioso, como al ver pasar el tiempo, pensamos todo lo que hicimos en un tiempo lejano o que haremos, aunque sepamos realmente que no lo haremos por falta de valentía, coraje, valor y preguntarás quien soy pues disculpa mi falta de modales, yo soy Ruben, te vengo a hablar sobre una chica, su nombre era Rocío viví muchas aventuras, risas y tristezas, claro hubo de todo.
Todo ocurrió cuando entre a segundo año de secundaria, creerás ridículo lo que digo pero es real, tenía nervios, era el primer día en una escuela nueva, conocería nuevos amigos, personas, viviría nuevas aventuras, superé mis miedos y temores y me dirigí a la puerta de salón de clases, al fondo pude observar una chica con peculiar sonrisa, era una niña alta, aunque yo no me quedaba muy atrás, era muy indescriptible su belleza, me senté a lado de ella, pregunté su nombre a lo que ella contestó, me llamo Rocío, lo recuerdo muy bien, todo pasó muy rápido, nos hicimos muy buenos amigos, claro éramos muy jóvenes aún así ella me volvía totalmente loco, pasó el año y al siguiente grado nos separaron, lamentablemente no quedamos en los mismos salones y la verdad no me sentí muy bien, conocí nuevas amistades y la verdad Rocío y yo nos apartamos mucho, perdimos el contacto, lo mismo pasó el año siguiente osea ya en bachiller, y el que le siguió pero un día, sin pensarlo ni planearlo, fuimos los últimos en irnos de la escuela, no había nadie, maestros, alumnos, nadie, me acerqué a ella y la salude, me sonrió con esa dulce, tierna y calurosa sonrisa que tenía, platicamos unos minutos y de lo que fueron esos minutos de repente pasó a media hora, una hora, hasta llegar a las dos horas su mamá llegó por ella, se despidió de un beso caluroso y lleno de cariño en el cachete, al poco rato llegaron por mí, no pude dejar de pensar en ella todos los días torturándome día con día con decirle lo que sentía o no...