El príncipe rojo

¿Y si el destino quiere que te destruyas a ti mismo?
¿Y si no puedes evitarlo?
Te encuentras cavando tu propia tumba.
Y ni siquiera te das cuenta de cuan enterrado ya estas.

Un príncipe cruel, déspota y tirano, pero no totalmente. Luchaba contra sus buenos instintos. Bendecido con riquezas, un buen atractivo físico y un reino entero a su disposición ¿Qué más podría pedir?
Poseía una inteligencia sorprendente y era muy reconocido. Su sola presencia hacia enmudecer al reino, nadie se osaba a oponerse a sus órdenes. A excepción de una persona.
Aquella persona era la que lo haría entrar en razón y conocer el mundo desde otra perspectiva. Esa persona se volvería lo más cercano a lo que él podría llamar felicidad.
Pero recuerden... el cometió muchos pecados y tiene que pagarlos por ello nunca tendrá su final feliz.