Hola! Se que nunca vas a leer esto, porque no te interesa o simplemente porque ya yo para ti no soy nada, pero aún así me gustaría escribir algo dedicado a ti.
Se que ha pasado mucho tiempo, que ya no me quieres ni me necesitas en tu vida, no me piensas ni extrañas, ni tampoco te pegas horas viendo nuestras viejas conversaciones para recordar como empezó todo lo nuestro, pero hay algo que si sucede... No se como decírtelo, y no es que me de vergüenza, porque no me avergüenzo de ello, nunca lo he hecho... Y es que te sigo Amando cariño, te extraño a ti y a tus dulces y fantásticos besos, tus labios carnosos, tus ojos color miel donde se reflejaba mi rostro mirándote con ternura, tu aroma tan penetrante en mis ropas, tu pelo tan suave y brillante, tus manos grandes y fuertes, tu piel morena y reluciente, tu sonrisa tan contagiosa, la carcajada que me hacía feliz, esos abrazos tan fuertes que me transmitían protección y seguridad.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.