
La primera vez que la vi, fue como ver el cielo. Saber que podía admirar su belleza, pero jamás alcanzarla. Ella era como el viento que llega de repente anunciando una tormenta; primero apacible y aparentemente inofensible, luego tan fuerte que sacude todo lo que se pone en su camino. Era como el día que promete ser hermoso y termina siendo gris y lluvioso; tan impredecible como una estrella fugaz.All Rights Reserved