Tal vez el tosco lápiz de un joven no es instrumento fidedigno de una calidad literaria suprema. Pero si algo puedo asegurarte es la sinceridad de un alma en costante cambio, como la tuya. Como la de todos. La sinceridad de noches de insomnio, de amoríos y de constantes melancolías. Y de la esperanza de volver a sonreír de la mano de alguien.