Ya no está. Llegas a casa y no se escuchan ronquidos, duermes en la noche, siguen sin oírse esos ronquidos. Todo tranquilo, pacífico. Nadie se alegra de que llegues a casa, nadie se alegra de que te vayas a dar un paseo, nadie te saluda con besos, nadie te despierta a media noche, sí su recuerdo. Todo pasa tan rápido y tan despacio que ni te enteras y ni quieres enterarte. Sigo sin creerlo. ¿Quién te está esperando en el patio ahora? ¿Quién te pedía comida a todas horas? ¿Quién se disculpaba al haber hecho algo mal? ¿Quién va a escuchar mis penas ahora? ¿Quién va a aguantarme? ¿Con quién voy a bailar mi música si no es contigo? ¿Quién me va a sacar de quicio? He llorado por ti. He reído contigo, he llorado contigo. Sigues estando conmigo. Has aguantado todo y más, no había nadie más valiente y luchadora y aún así poder soportarlo. Has llenado de vida esta familia, nos has llenado de ilusión y esperanza y eres el motivo por el cual luchamos. Que se queden los animales, que se vayan los "humanos". Estés donde estés sé que siempre estarás con nosotros y nosotros contigo, hay un poco de ti en todos nosotros y lo vamos a conservar eternamente. Sigo escuchando tus ronquidos desde donde estés, sigues aquí gordita, te noto, te siento, te quiero. Que volvamos a vernos Dora. Eres eterna.All Rights Reserved
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