Que dure, lo que tenga que durar...

Se suponía duraría para siempre, pero siendo conscientes de que nada es eterno solo cambiamos el nombre a: que dure lo que tenga durar...

Ilusa, esa noche, al llegar de clases no tenía intención de cambiar mi rutina, antes de entrar a casa, la tentación de una buena cerveza me llamaba, más decidí ir a comer un trozo medio bueno de pizza y subir a hacer nada, porque era mi último día de clases, al menos por esa semana.

Recordé, que unos días atrás una prima me había dado el nombre de una página, decidí entrar, no tenía la intención de cambiar mi rutina, pero me quedé allí enganchada, de modo que para no cambiar mi rutina, la hice parte de ella.

Pasaban los días y seguía entrando a la página, que como bien dije, ya era de mi rutina; bastó un hola, una noche como cualquier otra, pero en el mes de septiembre para acabar con esa firme rutina! Lo puedes creer? Un hola cambia todo, todo! Intenté dormir como hacen todos, pero no concebía el sueño, de hecho, hasta no dormir con su presencia no dormía! Es en serio, si no crees está bien, pero hasta que una noche no decidimos dormir a lo lejos, no pude dormir, ya te explico.

Parecíamos, pues, dos almas conocidas, que un buen día sus caminos se perdieron, pero luego reencontraron y se sentaron en medio de la nada a tomar café y hablar, en las noches, cuando nuestros largos y agitados días terminaban nos reencontrábamos en la nada y pintábamos de todo la nada, para al día siguiente hacer lo mismo; estás pensando que se volvió rutina? Nooo, jajajaja, por favor, eso no pasó.

Verás mi pequeño saltamontes, esencialmente todo se reduce a rutina y repetición, pero si entro a generalizar nuestras conversaciones, detalles, juegos y más, notarás que no, bastaron unos días para comenzar a recordarle por pequeñeces.

Si veía a alguien que estudiaba psicología, le recordaba, ahora, era más consciente de la presencia de los gatos, pues adora los gatos; yo, personalmente, los prefiero a m