El primero de enero, nació Emma; Sebastian quedó viudo.
El primer mes del año, Sebastian Berkeley cargaba a la pequeña de cabeza y buscaba el botón de apagado cada vez que lloraba.
En el segundo mes, Sebastian le cantaba Bohemian Raphsody antes de dormir mientras que ella sonreía al escuchar a su papá.
En el tercer mes, Sebastian pegaba el biberón en su brazo con cinta adhesiva, mientras le daba de alimentar y se quedaba dormido.
En el cuarto mes, Sebastian le hacía muecas graciosas para que riera y no llorara.
En el quinto mes, Emma balbuceaba y Sebastian deletreaba "pa-pá".
En el sexto mes, Sebastian corría por todo el apartamento, persiguiendo a la pequeña Emma.
En el séptimo mes, Sebastian cocinaba en bóxers y Emma aplaudía desde su mesita con una sonrisa y en pañales.
En el octavo mes, Emma hacia travesuras y se escondía en el cesto de ropa.
En el noveno mes, Emma le escupía la papilla de zanahoria.
En el décimo mes, Sebastian la llevó al parque y dio sus primeros pasos, Sebastian se quedó dormido y Emma se escondió.
En el onceavo mes Emma dijo" papá", y ahí Sebastian supo que iba a ser su hermoso desastre y no lo hacía tan mal de padre soltero.
Pero en el doceavo mes... apareció ella y Sebastian no pudo apartarla de su vida, ni en la de Emma.
"Amor curativo, amor inocente"
Chick-Lit Ranking
✨ #2 18 de Noviembre ✨
⚜️ #1 29 de Noviembre ⚜️
🔥Ganadora de los Firefly Awards 2016 #1 en Chick-Lit 🔥
🔥Ganadora de los Carrot Awards 2016 #1 en Chick Lit 🔥
🔥Ganadora en los WOW Awardas 2017 🔥
-Romance Ranking -
⚜️#42 el 28 de noviembre 2017 ⚜️
⚜️#27 el 14 de febrero 2018 ⚜️
⚜️ #01 el 13 de Mayo 2018 ⚜️
¡¡ACLARACIÓN!! Esta obra está en el formato borrador, tendrá errores. Así que avísenme si encuentran alguno.
*Historia ganadora de los WOWAwards 2017*
-¿Has infringido alguna norma desde que trabajas aquí? - preguntó él, deteniendo mi plan de huida.
-No.
-¿Por qué no? -rio, mostrando aquellos dientes tan blancos y tan perfectos.
-Porque no.
Narciso se levantó, rodeó su escritorio teñido de blanco y reposó su trasero sobre él, con una pierna sobre la otra, mirándome como si fuera algo insignificante a través de aquel par de ojos azules.
-Infringe una. Ahora.
-¿Por qué iba a hacer eso? -me alarmé, aunque sopesaba ideas.
-Porque quieres hacerlo.
-¿El qué?
Sonrió y supe que era la sonrisa más bonita del mundo, tal vez porque él quería que así fuera.
-Bésame.
Narciso, el hombre más arrogante y ególatra que había conocido, me acababa de decir que le besara.
Allí, en aquel preciso instante.
-Besa a tu jefe y rompe las normas.