La luz de la luna bañaba el lago, mientras el tío Edmoon hablaba sobre adas, hombres lobos, ángeles y criaturas que no existen. Con emoción en sus palabras, nos relataba como fueron sus días de gloria, donde eran respetados, alabados o temidos; con amargura, seguía con la desaparición, extinción y olvido. -Pero ahora, ustedes están aquí, y yo los guiaré para que las caídas no duelan tanto. -Ed, de que hablas?- pregunto Gabriel. -Nada, nada chicos, sólo es para entrar en ambiente. Nadie tenía una idea de a qué se estaba refiriendo tío Ed, sólo le escuchábamos por que nos prestaba el sótano para usarlo como estudio para tocar buena música un rato.