¿Y lo peor? Confié en ti...

Se levantaba de aquella cama de hospital, cuando vi su rostro, estaba demacrado, aquellas cortadas por doquier en su rostro, todos esos vendajes hicieron que la culpa empezara a correr por mis venas.
-Ally, despertaste. Me sentí inmensamente alivianado de que por fin haya despertado, mis únicos compañeros eran el miedo y el arrepentimiento. Me quise acercar a abrazarla pero ella retrocedió.
-¿Qué hago aquí? Dijo con confusión mientras se quitaba las intravenosas y la máscara de oxígeno.
-Hubo un accidente.
Apartó su mirada de la mía, viendo hacia otro lado, como si estuviera tratando de recordar todo. De solo pensar eso, se me hizo de inmediato un nudo en la garganta.
-Ahora lo entiendo todo. -Sus ojos se cristalizaron al instante y dijo con un hilo de voz. -Fue tu culpa el que me haya accidentado.
Esas palabras terminaron por derrumbarme, ha recordado todo...
-Ally, yo... Yo...
-No digas nada. Levantó una mano y una lágrima corrió por su mejilla. -Ahora lo último que quiero en la vida es verte.
Y ahí fue la primera vez que la vi realmente dolida, decepcionada y enojada.
Aquella Ally que yo conocía, orgullosa a más no poder, sonriente, alegre, no se encontraba ahí, la que tenía en frente era otra, en sus ojos estaban reflejados perfectamente el enojo, la rabia, la decepción y la tristeza.
En ese instante supe que ya no confiaría en mi, ni en nadie, la lastimé de la peor manera posible.
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Alex Hemmings, un chico apuesto que hace que todas las chicas anden detrás de él, un chico de cabellera rubia y ojos azules, de un buen trabajado cuerpo.
Ally Miller, una chica orgullosa, de las populares en la preparatoria, aunque le da igual si lo es o no, una chica de cabello un tanto largo, ojos azules y unas hermosas pestañas, un físico increíble.
¿Qué pasará cuando estos dos chicos se topen?
¿Se dará su relación?
¿O habrá algún tercero que impida su relación?