-¿Podrías esperar por mí? -Rukia susurró al aire. -Siempre. -respondió Ichigo, recordando un momento similar sucedido hacía muchos años. Él tenía que marcharse, pero desde aquel lugar los arroparía en la noche, los acunaría en sueños y espantaría sus miedos. Y esperaría por ella, hasta el momento de estar juntos de nuevo.