- Alex no es normal, la forma en la que se comporta, siempre tan misterioso y callado. - Le repetí una y mil veces a Nivia como era mi nuevo compañero de banco. Estábamos en el comedor tratando de encontrar alguna mesa vacía para poder comer tranquilas después de una clase agotadora con el profesor Black, un hombre grande y con un serio problema de sobrepeso.
Caminamos por entre los idiotas que se hacen llamar compañeros cuando de pronto y sin razón alguna, mi bandeja se resbala de mis manos derramando todo en el suelo y provocando que Nivia cayera también, lo que no pude explicar es por qué yo no estaba en el suelo al igual que ella si hace dos segundos estaba a menos de un centímetro de tocar el suelo y llenarme de comida cuando volví a estar de pie y observar cómo era mi mejor amiga la que caía.
¿Solo lo había imaginado? ¿Estará mi mente haciéndome una mala jugada? O tal vez ver a Nivia caer me hizo imaginar que yo también caería. No lo sabía con certeza. Mire a todos lados viendo como algunos se reían y otros ayudaban a mi mejor amiga. Me percaté de que estaba Alex de pie en la entrada del comedor observándome. Me miraba como si fuera lo más hermoso que haya visto en el mundo y en tan solo un cerrar y abrir de ojos su mirada cambió, sus ojos ahora y al igual que siempre demostraban misterio, como si estuviera planeando algo o más bien examinando algo. Me observó durante largos segundos en los cuales me fueron imposibles apartar mi mirada de él, luego bajó su cabeza sonriendo como si estuviera disfrutando de una broma privada, dio media vuelta y se marchó.
Pero que linda sonrisa, era primera vez que lo veía sonreír desde que llegó hace un par de semanas. Me dio curiosidad pero a la vez me aterró saber que secretos se escondían bajo esa hermosa sonrisa ¿Quién eres Alexander Jakov?