Una bruja sabe que cuando su vida está en riesgo sólo hay un sitio al que puede ir. A la tierra de su aquelarre... donde la energía oscura fluye y sus sentidos se nutren. Pero aún con todo el poder de su tierra, la magia no es suficiente para salvarla. Firme en la convicción de que debe vivir su vida al máximo Meg decide arriesgarse e invocar al Príncipe Demonio Val-Drial y le pide un contrato. Algo bastante riesgoso... Pero ella no tiene nada que perder. Los términos se fijan... Val es un maestro de los contratos y tratar con una bruja, por más excepcional que fuese su linaje familiar, no era la excepción. A cambio de su alma él le concedería a ella un deseo. Visto desde cualquier perspectiva él siempre iba a terminar ganando. Después de todo era un Demonio. Excepto que a veces el destino tiene otras cosas preparadas. El contrato es válido, sagrado, vinculante e irrompible... Pero el deseo de Meg pondrá a prueba sus sentidos como nada lo había hecho. ¿Cuál es ese deseo capaz de trastornar a uno de los Príncipes del Infierno? (Gracias a mi querida Johana @Johana-03 por la portada.... HERMOSA Y PERFECTA)