-¡Cállate!-exclamó la fémina colérica-¡No soy una de tus muñecas de plástico articuladas! ¡No tengo el cuerpo perfecto que ellas tienen! ¡No mantengo esa sonrisa perfecta, esa mirada decidida y dulce todos los días! ¡Soy una persona normal! Soy insegura, tímida y bastante infantil. Tú solo me conoces por las fotos y los canales de noticias, Catnoir. No somos la Barbie y el Ken que tú piensas. No conoces ni una pizca a la verdadera Ladybug.