-Papi, te quiero-dije sin más esperando que tu respuesta correspondiera a la mía pero esta era la cuarta vez que lo hacía y tenía pocas expectativas. -Acaso eso importa ?-decías sin mirarme con apenas apartar la mirada del periódico como cada mañana lo hacías. Cansada de lo mismo me arme de valor y dije lo que realmente sentía por dentro, aún con la esperanza de que me quieras. -Pa, te odio -Yo también .... Después de escuchar tu repuesta me fui a mi cuarto a llorar no solo porque me odies sino por lo que sucedió después de eso. -Papi, te quiero-dijo el hijo de mi padre, no era mi hermano pero estaba segura de que lo odiaba mucho más que a él. -Yo también campeón-contestaste con una sonrisa, la cual sólo mostrabas cuando él aparecía. No sé cuando cambiaron la cosas, sí fueron desde la muerte de mi madre o desde que tu hijo nació. De seguro fue desde mucho antes pero aún así sigues siendo mi padre y aún te sigo queriendo...