"Yo había caído en un letargo; sin embargo, no diré que toda conciencia estaba perdida. No intentaré definir lo que de ella quedaba, ni siquiera describirlo; pero no todo estaba perdido[...], ni siquiera en la tumba está todo perdido. Si no es así, no hay inmortalidad para el hombre. Al despertar del más profundo éxtasis, quebramos la telaraña de algún sueño. Sin embargo, un segundo después (tan frágil puede haber sido aquella telaraña) no recordamos en absoluto haber soñado." - Edgar Allan Poe, El pozo y el péndulo-. Hilos que reviven, entre subconsciencia, sueños y las distintas formas de tiempo que es capaz de experimentar el ser humano, los últimos instantes de la vida de Trevor. O los primeros.