
Busco en la naturaleza cuanto ella ofrece en belleza, y entonce me acerco al mar, el montruo que tanto adoro, cuyas espumas añoro, y sólo escucho el bramar de sus olas al chocar junto a la playa serena, donde me engaño al pensar que el dedo de una sirena, indiferente a mi pena, dejó jugando al pasar mi nombre escrito en la arena.All Rights Reserved