Todos han sufrido alguna vez en su vida de un corazón roto, y si no, posiblemente sean la persona más afortunada del mundo. O quizás, simplemente todavía no ha llegado el momento de que sufran. Y cuando lo hace, hay distintas maneras de curarse, de superarlo. Siendo escritora la mía es desahogándome con palabras sacadas directamente de mi corazón, mi corazón roto, sabiendo que posiblemente las personas que lo hicieron vayan a leerlas y que aún así nada va a cambiar. Solo yo.