-¡Vamos! Corre Pines. Sabes que no puedes escapar de mí. - Decía lleno de satisfacción y en tono burlón una voz en algún lugar. Mientras solo escuchaba el mencionado, invadido por la adrenalina que en esos instantes recorría por todo su cuerpo, tenía que encontrar una manera de salir triunfante en aquel encuentro peligroso. Él sabía que no sería sencillo... - Vamos, esto no es divertido si no juegas. - En ese momento sus posibilidades se agotaban... - ¡Pines! Sal de una buena vez. - Seguía insistiendo la voz. El castaño respiraba hondo, como si su vida dependiera de ello, y realmente lo era. -No importa cuanto quieras huir, al final tendrás que enfrentarme. - Escuchó, y en ese momento se maldijo a sí mismo, porqué sabía que aquel rubio... Tenía la razón.